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Seguir estos consejos sencillos al hacer el lavado, prolonga la vida de las prendas y ayuda a ahorrar agua y luz.

Ahorrar, ahorrar y ahorrar. A pesar de que las estadísticas e informes económicos sugieren que ya comienza un cambio de ciclo y la crisis empieza a quedar atrás, el reflejo en la calle aún no es palpable. Por lo que la premisa de ahorrar continúa siendo esencial para la mayoría de los hogares españoles. Un modo de hacerlo es en el momento de hacer la colada. En este artículo se explican una serie de pautas para lograr ahorrar electricidad, agua y dinero en detergentes y demás productos para el lavado de la ropa.

1. Ahorrar electricidad y agua

  • Usar el agua a baja temperatura: Según los expertos, alrededor del 90% de la energía que se utiliza para lavar la ropa en una lavadora se gasta al calentar el agua. Pero se puede reducir, ya sea usando menos agua o bien empleando agua más fría. A no ser que haya que lavar prendas muy sucias, con manchas de grasa, el agua templada o fría es suficiente. Si se ajusta la temperatura de caliente a tibia, el ahorro de energía será palpable. Ya que el ciclo de lavado a 90 grados consume casi el doble de energía que el de 60 grados, y cuatro veces más que el de 40 grados.
  • No llenar la lavadora en exceso: No hay que poner la lavadora con dos o tres prendas, pero conviene no llenarla en exceso. En el manual del electrodoméstico se encuentra el peso máximo de ropa que se puede meter en cada lavado. Para calcular mejor, se puede pesar la colada varias veces antes de empezar el proceso.
  • No poner la lavadora para dos o tres prendas: Hay que aprovechar cada lavado y no poner lavadoras sin que estén llenas, pero sin olvidar dejar un espacio de unos 10 centímetros entre las prendas y el tambor. El agua debe poder correr.
  • Lavadoras con carga frontal: Aunque las lavadoras con puerta frontal tienen menos capacidad que las que tienen la puerta en la parte superior, consumen menos agua y energía y son más delicadas con la ropa.

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2. Detergente, el justo

  • Utilizar siempre detergente de calidad: Líquido, en polvo o en pastillas, el detergente debe ser de calidad. Lo más conveniente es usar los líquidos, ya que hacen trabajar menos a las lavadoras. Si son sólidos, se pueden diluir en agua antes de introducirlos en el aparato.Además, si las prendas tienen manchas difíciles como fruta, chocolate u óxido, conviene utilizar antes un producto específico. Una vez tratada la mancha, la ropa se mete con el resto de la colada en la lavadora.

  • Emplear detergentes «dos o tres en uno»: En el mercado hay ya una amplia oferta de productos «dos en uno», y hasta de «tres en uno». Con ellos se puede lavar, quitar las manchas y suavizar o iluminar las prendas empleando un solo detergente.
  • Usar las dosis necesarias: No por utilizar más jabón la ropa quedará más limpia. Al contrario, inluso: más jabón equivale a más gasto y peor resultado. El exceso de detergente dificulta el aclarado. Respecto al suavizante, si se pone en grandes cantidades, puede manchar las prendas.Por ello, hay que ajustar el detergente y el suavizante al grado de suciedad de la ropa, su volumen y a la dureza del agua.

3. Conservar la ropa más tiempo

Los lavados continuos terminan por estropear las prendas, pero se puede mantener lo mejor posible y durante muchos años, si se cuida un poco cómo introducirlas en la lavadora.

  • Ropa suelta y extendida: Las prendas deben meterse sueltas y extendidas, nunca enrolladas o dobladas. Y es conveniente alternar en cada lavado ropa de distinto tamaño. La pequeña, como pañuelos o medias, debe lavarse dentro de una bolsa de red.
  • Lavar por colores y tejidos: Es muy importante no mezclar prendas de color con las blancas. También se debe seguir la consigna de separarlas según su tejido y el grado de suciedad.
  • Separar ropa nueva de color: Cuando se compra una prenda nueva, de color, hay que lavarla por separado. Si no se puede, hay que hacerlo preferentemente en programas de lavado a 30 grados.
  • Lavar a la más baja temperatura: Si se lava junta ropa que admite temperaturas de lavado diferentes, se debe utilizar siempre la más baja.
  • Introducir las prendas en buen estado: Hay que tener cuidado con introducir en la máquina ropa sin dobladillo o con algún roto o descosido, porque puede deshilacharse, y, en ese caso, se estropeará la prenda y, en ocasiones, también la lavadora.

4. Mantener la máquina en buen estado

  • Evitar atascos: Conviene siempre retirar los botones que estén un poco sueltos o cualquier objeto que pueda desprenderse durante el lavado. También hay que revisar bien los bolsillos para evitar que se cuele alguna moneda o, en el caso de los niños, mirar si hay arena en bolsillos y zapatillas. Todos estos objetos, por muy pequeños que sean, pueden ocasionar una avería en la lavadora que habría que reparar.
  • Filtros limpios: La cal aumenta el consumo de energía un 20%, además de destrozar la maquinaria de la lavadora. Por ello, hay que mantener los filtros limpios.

5. Disminuir gastos al planchar

No solo es posible ahorrar al poner la lavadora. El planchado también consume mucha electricidad, pero se puede gastar menos si se tiene en cuenta lo siguiente:

  • Se debe planchar siempre la mayor cantidad posible de ropa, pues el encendido y conseguir la temperatura elevada es lo que más energía gasta.
  • Tras desenchufarla, se puede aprovechar el calor residual para planchar prendas pequeñas como braguitas, calcetines, servilletas…

 

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