Es casi imposible enseñarle a un robot a lavar tu ropa
Pero si lo hacemos, las máquinas finalmente podrán ser capaces de exterminar a toda la raza humana.
He lavado ropa cada semana durante casi una década, y ahora el proceso es tan familiar que puedo prácticamente hacerlo mientras duermo: traer el cesto de la ropa sucia al cuarto de colada, separar los blancos de los colores, cargar las lavadoras con la ropa y el detergente, meter la ropa lavada a la secadora, sacarla de la secadora y ponerla en la cesta, doblar la ropa limpia y archivarla en el armario adecuado. Para mí y para la mayoría de lavadores experimentados, es bastante automático.
Pero para un robot hacer la colada es una pesadilla. Los robots trabajan mejor con tareas repetitivas que tengan un número finito de pasos y movimientos, como montar un coche. Los programas que controlan las acciones de esos robots usan la simple lógica de «si esto, entonces lo otro» — si accionas el pomo, la puerta se abre, y puedes pasar a la siguiente tarea—. ¿Pero qué pasa si accionas el pomo y la puerta no se abre? Un robot programado para hacer la colada se enfrenta a 14 tareas diferentes, pero la mayoría de los robots lavadores por ahora sólo pueden completar la mitad de ellas en una secuencia. Pero incluso para llegar a ese punto, hay un número inestimable de formas en que puede variar una tarea o ir mal: infinitas puertas que puede que se abran o no.
Esto es lo que un robot tiene que hacer.
- Encontrar la pila de ropa sucia, distinguiéndola del resto de desorden que pueda haber en la habitación.
- Recoger cada elemento de la pila. (Incertidumbre: no está claro cuántos objetos tendrá que recoger el robot).
- Poner cada elemento en la cesta de la ropa sucia.
- Ir hacia la lavadora. (Por cómo el robot ha de sujetar la cesta, algunos de sus sensores pueden quedar obstruidos, lo que significa que recibe menos información y no puede ajustar sus movimientos con precisión).
- Dependiendo del tipo de lavadora, tirar de o levantar la puerta para abrirla.
- Meter la ropa a la lavadora.
- Añadir detergente y/o suavizante.
- Cerrar la puerta de la lavadora.
- Elegir el ciclo de lavado apropiado (Delicado, Planchado permanente, Carga grande) y activar el lavado.
- Sacar la ropa de la lavadora y moverla a la secadora. (Incertidumbre: el robot no sabe de antemano cuántas veces necesitará coger la ropa para sacarla toda).
- Elegir el tipo de ciclo de secado y activarlo.
- Sacar la ropa de la secadora. (Incertidumbre: ¿cuántas veces necesitará coger ropa para sacarla toda? ¿Queda algún calcetín enganchado dentro de la máquina?).
- Doblar los elementos dependiendo del tipo que sean.
- Colocar las prendas en un armario o cajonera.
Cuando un robot se enfrenta a una situación para la que no está programado, se queda inútil intentando averiguar qué hacer. Y mientras que las pausas largas pueden estar bien para la colada, no están tan bien para los robots futuros, que podrían conducir por nosotros o traer documentos a los doctores en los hospitales.
Los programadores y expertos en inteligencia artificial han pasado décadas diseñando robots cada vez más sofisticados que pueden manejar estas situaciones imprevisibles, afinando el software y suavizando los movimientos físicos para que el robot pueda comportarse más como un ser humano cuando se enfrenta a la incertidumbre. Algunos expertos en robótica están diseñando robots con sensores que pueden aprender cada vez que se mueven. Otros están, literalmente, enseñando a sus creaciones a completar ciertas tareas mediante la lectura del manual de instrucciones.
Lavar la ropa es un paso grande e incierto hacia un futuro donde los robots puedan manejar la incertidumbre como los humanos. Es un problema de ejemplo, un caso de estudio; si los robots pueden hacer la colada, no se sabe qué otros tipos de tareas podrán realizar de forma autónoma, desde conducir coches a explorar planetas distantes. El campo de la robótica se encuentra ahora en un punto de inflexión — décadas de mejoras han llevado a que los robots pueden empezar a interactuar con el mundo de formas sólo imaginadas en la ciencia ficción, sin la intervención de seres humanos.
Fuente: Matter