Estamos acostumbrados a realizar la limpieza a todas las superficies con las que tenemos contacto, ya sea en el lugar de trabajo o en nuestro hogar, pero que tan seguido ¿desinfectamos y purificamos el ambiente? O reformulando la pregunta, alguna vez ¿has desinfectado el ambiente en el que pasas la mayor parte de tu tiempo? Tal vez tu respuesta sea no, por varias razones, como, desconocimiento o simplemente porque parece no ser un tema de mucha importancia.
El ambiente (aire), es un medio para la dispersión de las baterías, virus y hongos, que proceden de otro ambiente. Las bacterias son células mucho más pequeñas que las células humanas. Están presentes en el suelo, tierra, organismo vivo, en el aire que respiras, podemos hablar de bacterias beneficiosas y perjudiciales, estas últimas son las causantes de diversas enfermedades, como las respiratorias (neumonía, tosferina, tuberculosis, legionelosis, resfriado, gripe), sistémicas (meningitis, sarampión, varicela, micosis) y alérgicas. La situación es de control, pero es indispensable desinfectar el ambiente donde habitas comúnmente, para evitar enfermedades y propagarlas. Porque a ¿quién le gusta estar enfermo y no poder disfrutar al máximo cada segundo de vida?
Evitar las enfermedades y su propagación, no es una tarea difícil, se trata de mantener una buena higiene tanto en tus manos, como en el ambiente.
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